Para explicar este problema, empecemos por recordar que publicar artículos científicos es un negocio estupendo: los investigadores hacen el trabajo de investigar (investigación financiada casi siempre con dinero público), escribir los artículos, ver si están bien revisándolos, hacer de editores para las revistas, y las empresas simplemente recopilan los trabajos aceptados en números de revista, los cuelgan en una web, y cobran un pastizal por acceder a ellos. En concreto, los cuatro grandes, Elsevier, Informa, Springer y Wiley se forran
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