Al agente 10.514 le salió el tiro por la culata. Y su relato mendaz, apoyado por los demás compañeros y asesores, su cuento se vio que era fabricado, marca usual de la casa: coloreado, inventado, adobado a su gusto. La defensa de Edurne Martínez llegó con un vídeo bajo el brazo, que apoyaba la versión de la acusada y no la del agente 10.540: se vio que fue levantada violentamente del suelo agarrándola bestialmente de la coleta, la apartaron unos metros del grupo colocándola boca abajo y sentándose un ertzaina sobre ella. Nada de patadas
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