¿No tienes jornada intensiva? ¿Hace calor? ¿No das pie con bola porque te gustaría estar en la piscina en lugar de en la oficina? No te preocupes. Échate una siesta, tu jefe te lo agradecerá. El periodista de The New York Times Tim Herrera reconoció recientemente que llevaba varias semanas durmiendo en el trabajo. Concretamente, unas siestas de alrededor de una hora.
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