Mohamed Omar recuerda el momento en que soldados talibanes aparecieron de improviso en el puente de Pul-e-Sukhta, en el oeste de Kabul. Mucho antes de que el grupo islamista de línea dura volviera al poder en agosto de 2021, la zona era un conocido punto de encuentro de drogadictos. En los últimos meses, el Talibán ha estado acorralando a cientos de hombres por toda la capital: en el puente, en los parques y en las colinas. La mayoría han sido trasladados a una antigua base militar estadounidense, convertida ahora en centro de rehabilitación.
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