El sueldo, es mísero. "Nos pagan entre un euro, 1,20 o 1,50 en el mejor de los casos", reconoce la empleada. Recibe 820 euros euros mensuales, por lo que ha reconocido tener otro trabajo: "No podemos salir un domingo a tomar un vermut porque tenemos que estar trabajando o porque no me llega. Una cerveza ya te lo piensas", y es que cuesta más una de lo que recibe por habitación. "La externalización no deja ni que te enfermes, ni que seas mamá", explica Vania, que asegura que todas las enfermedades que sufren, "vienen del trabajo".
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