El entramado delictivo estaba compuesto por los dos detenidos, tres sociedades matrices y 15 comercios del centro de Madrid, donde se hacían los cargos bancarios con tarjetas previamente hurtadas. Uno de los arrestados es propietario de un comercio de alimentación en una céntrica calle de la capital de la que no se informa su ubicación. Allí se hacían cargos fraudulentos sin necesidad de introducir el número PIN.
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