A veces ocurre que los que militamos en las filas ateas tendemos a considerar a la Iglesia como algo que nos es completamente ajeno, a pesar de saber de matices y ser capaces de distinguir entre la Iglesia de arriba y la de abajo. Nos creemos a salvo del fanatismo cerril porque jamás diríamos que todos los curas son pederastas ni todos los fieles señoronas con visón que desterrarían a los mendigos...
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