Los detenidos utlizaban fotografías de pisos que encontraban en internet y las publicaban como viviendas vacacionales disponibles en alquiler. La banda llevaba cuatro años operando en toda la geografía nacional pero con especial atención a lugares de costa como Gandía, Fuengirola o Benidorm. El perjuicio para las víctimas era doble: el económico por el dinero perdido y la "situación de desamparo total" al llegar al lugar de vacaciones.
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