En el barullo de tergiversaciones esgrimidas por los difusores del bulo se percibe una tremenda confusión entre denuncia falsa y ausencia de condena. Una denuncia solo es falsa cuando hay una invención de los hechos. En cambio, la denuncia no es falsa cuando se dicta una resolución absolutoria por no haberse podido probar los hechos. La utilización del bulo desde la esfera política representa una grave irresponsabilidad. Se trata de una indecente maniobra de estigmatización social, que dificulta aún más que las mujeres se atrevan a dar el paso.
|
etiquetas: denuncias falsas , violencia de género , bulos , mujeres , justicia , política