La mayor parte del territorio absorbe menos de 25 toneladas de CO2 por hectárea al cabo del año por la escasez de arbolado. Solo el Pirineo, Beceite, la Ibérica, las sierra de Albarracín y de Gúdar y algunas áreas montañosas superan la absorción de 125.000 kilos de gas. La superficie arbolada lleva más de un cuarto de siglo retrocediendo de una manera constante mientras los arbustos ganan terreno al monte y a la agricultura.
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