Un equipo liderado por el CSIC analizó técnicas de ingeniería y arquitectura usadas hace casi 6 000 años. Estudiaron el dolmen de Menga (Antequera, Málaga), de los túmulos funerarios megalíticos más antiguos de Iberia. Demuestran la capacidad de sociedades neolíticas para desarrollar soluciones innovadoras basadas en conocimiento científico incipiente: estabilidad soterrando el monumento, colocación de pilares, cortes en cada piedra, con ángulos predeterminados o arco de descarga. [Paper:
www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adp1295 ]