Justyna Wydrzyńska, activista defensora de los derechos de la mujer, se enfrenta a hasta tres años de cárcel tras ser acusada de proporcionar píldoras abortivas a una mujer que las quería: es el primer caso de este tipo en Europa. Pero el aborto nunca tuvo lugar: las pastillas fueron interceptadas por el marido de la mujer, que llamó a la policía.
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