La pareja de 22 y 20 años, con dos niños de 3 y 1, sin trabajo ni dónde ir, han sido desalojados de una vivienda social tras cinco meses viviendo en ella. Su drama es un claro ejemplo de la situación que viven miles y miles de familias que no tienen capacidad económica para hacer frente a un alquiler y que viven con la preocupación constante de no saber qué pasara mañana. Lo suyo es un carpe diem extremo, sin ilusiones, simple y llanamente prima la supervivencia.
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