Lo hizo para ganar dinero cuando era facultativo en el centro de Salud de las Delicias en la capital malagueña en 2011. Por un lado ha quedado probado que rellenó 18 recetas de un medicamento que contiene opio, a cinco pacientes con la certeza de que no lo necesitaban y el objetivo era venderla a terceras personas. Pero, además, el acusado rellenó 26 recetas de otro medicamento en connivencia con el comercial del laboratorio farmacéutico que vendía este medicamento.
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