Es 17 de agosto de 2017. Miguel López y su hija salen de la calle Boquería que da a las Ramblas. Escuchan gritos. Él piensa que son los manteros que están siendo interceptados por los Mossos. De golpe, con un ruido ensordecedor, una furgoneta se dirige hacia ellos. Desde su silla de ruedas Miguel empuja a su hija para salvarla. Lo consigue.
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