Inicias muchas cosas y no terminas ninguna porque el entusiasmo se te acaba. Siempre encuentras la manera de que algún aspecto se vea negativo. Muy grande, muy pequeño, muy lejos, muy cerca… Cualquier aspecto que en principio resulta neutral, lo conviertes en algo negativo o sin valor. Y no te das cuenta de ello. Simplemente te sientes mal y lo proyectas, sin que esto sea deliberado.
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etiquetas: auto-odio , psicología dañina , autoestima , perspectiva