¿Qué tiene en común toda esta gente, tanto a la izquierda como a la derecha, aparte de no poner nunca la coma en los vocativos? Pues que consideran que las ideologías no están al servicio de la vida, sino la vida al servicio de las ideologías. Que están tan egocéntricamente fundidos con su visión de la realidad que cualquier suceso reta su identidad y han de salir en su defensa victoria tras victoria. Parece increíble, lo sé, pero, con la que está cayendo, la principal obsesión de parte de la ciudadanía sigue siendo validar su ideología.
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