No te obsesiones con esas chimeneas fabriles que vomitan al aire humos pestilentes, amarillentos y negros, y tampoco con las sucias tuberías que arrojan inmundicia sobre los ríos. Los blanquísimos hospitales con sus quirófanos inmaculados, sus guantes de látex y sus gasas esterilizadas contaminan tanto como la industria en algunos países, contribuyen a que sus propios pacientes enfermen de cáncer y alimentan unas emisiones de dióxido de carbono que perjudican el desarrollo de los niños.
|
etiquetas: hospitales , producen , cáncer , gary , cohen