Para exorcizar mis peores temores sobre la próxima década, elegí escribir una sombría crónica profética sobre lo que pudiese pasar durante su transcurso. Si llegado el mes de diciembre del año 2030, los acontecimientos la invalidan, espero que los lúgubres pronósticos que incluyo en la misma hayan desempeñado un papel al estimularnos a tomar medidas apropiadas.
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