En este artículo publicado en el International Journal of Oncology, Lennart Hardell reflexiona sobre los conflictos de interés de varios miembros del panel de expertos de la OMS que debaten sobre los riesgos para la salud humana de la radiofrecuencia. En 2011 la evaluación realizada por la IARC llevó a la OMS a catalogar la radiofrecuencia como posible cancerígeno. A pesar de que desde 2011 varios estudios epidemiológicos y de laboratorio han corroborado esa asociación con el cáncer, no se han producido cambios relevantes en la regulación.
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