Cuando Darryle Buchanan despertó ese domingo a finales de julio de 1967 sintió unos ruidos extraños y un fuerte olor a humo. "Pensé que algún vecino hacía una barbacoa o algo así", recordó en una entrevista con la BBC. No le dio importancia y comenzó a planchar su ropa. Tenía 12 años y se proponía ir a misa a la iglesia de Santa Inés de Detroit, donde oficiaba como monaguillo. Pero de pronto, el teléfono sonó.
|
etiquetas: disturbios raciales , detroit