La hipótesis del estudio plantea que “las raíces de Vox remiten a la fractura de dos sensibilidades o ‘almas’ que coexistían en el PP”. La primera, denominada “radical, no admite concesiones en los principios”, mientras que la otra, “guiada por la Realpolitik ”, se rige por “posiciones flexibles, juzgadas como claudicantes” por sus antagonistas. Y esas almas tienen una historia detrás: “se formaron en la década de los 90 y se consolidaron en la siguiente”.
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