La Corte Suprema en Reino Unido dictaminó que Ian Shanks, de 72 años, debe recibir dos millones de libras por su creación. Shanks trabajaba en 1982 en una filial de la multinacional Unilever en Bedfordshire, Inglaterra, cuando desarrolló una tecnología pionera para medir los niveles de azúcar en la sangre. El científico utilizó una película de plástico y diapositivas del kit de microscopio de juguete de su hija para construir el primer prototipo de lo que se conoce ahora como el dispositivo de llenado capilar electroquímico (ECFD).
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