Resulta encomiable el empeño de Jorge Fernández Díaz de blanquear estos sepulcros. Algunos de sus predecesores en el cargo parecían asumir esa misma actitud y con sus idénticos resultados. Fue el caso, por ejemplo, de José Luis Corcuera, el inventor de una ley que popularmente llevó su nombre y que consistía en la práctica de la patada en la puerta como cumbre de nuestro Estado de Derecho. Fernández Díaz debe admirar mucho a Corcuera porque está profundizando en ambas líneas de trabajo. De un lado, ha perfeccionado el sistema de devoluciones
|
etiquetas: ceuta , melilla , valla , accidentes , inmigración