Vox es un partido que está en perfecta sintonía con la extrema derecha internacional y está en la mano de Puigdemont, por acción u omisión, llevarlos al gobierno de España y, de paso, inclinar el equilibrio de poder en la Unión Europea. Los aguerridos jóvenes antifas deberían haber tomado ya las calles para presionar o tratar de influir en esa decisión de Junts. Sin embargo, cero mil cerocientos cero antifascistas han asomado en lo que llevamos de semana postelectoral
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