Uno de los mayores retos de un periodista es saber envejecer. Quizá porque la edad siempre nos pilla a contrapié, porque se despierta una mañana a tu lado y ya no puedes desprenderte de ella, te acompaña siempre como una sombra nueva, más pesada y alargada cada día. También envejece un pastor, y un oficinista, y un albañil, pero ninguno de ellos corre el riesgo de un periodista de hacerse viejo con el patetismo de creerse joven, de sentirse el centro del mundo, de pensar que el tiempo no ha pasado por él. A un pastor, a un oficinista o a un ...
|
etiquetas: cebrian , vejez , rey desnudo