La lista de víctimas —casi siempre países en crisis y con instituciones débiles— es larga y diversa. Los problemas de Sri Lanka comienzan en 2007, cuando encomendó a Beijing la construcción de un nuevo puerto. Los estudios de viabilidad concluían que no era rentable debido a la presencia de otro puerto en la capital, pero Beijing emitió una línea de crédito de 307 millones en 2010. En 2015 el puerto era un fiasco comercial y terminó debiendo más de 8000 millones en deuda de China. La solución china fue quedarse el puerto. No se canceló la deuda
|
etiquetas: sri lanka , china , puerto , economía , hambantota