Un pantano al norte de Madrid convertida en una ciénaga de lodos tóxicos. El Canal de Isabel II vertió allí los restos tóxicos de una depuradora hace años y nunca lo ha limpiado. Es la denuncia de los ecologistas. Agua de apariencia sospechosa, carteles de prohibido el baño, aguas cenagosas. Pero, ¿dónde está el vertido tóxico? Bajo el agua. Un fango que ocupa el 80% del vaso del embalse.
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