Los camarones mantis golpean a sus presas con fuerzas de impacto mortales a 82 km/h bajo el agua. Pero también atacan a congéneres durante concursos territoriales hasta que el perdedor se retira. Estas conductas agresivas suelen usar señales antes de escalar a combates peligrosos, pero inesperadamente con los Neogonodactylus bredini los golpes fueron las señales: los combates escalaron, su tamaño no correlaciona con la fuerza de ataque y esta no predice con éxito el ganador del combate. Más:
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