A principios de junio, el Café Spunk de Weimar sufrió varios ataques. La reacción de los dos empresarios fue drástica: "Estamos hartos de esta ciudad, vamos a cerrar en otoño". Mientras tanto, Lara Lütke y Alessa Dresel han explicado con más detalle por qué creen que Weimar tiene un problema nazi y de qué acusan a los dirigentes de la ciudad en este contexto.
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