Antes de organizar el robo, el jefe del grupo consultaba el zodiaco para escoger el mejor día para actuar, y una vez elegido, se desplazaba a los locales con otros miembros de la banda en dos todoterrenos. Se distribuían los trabajos. Uno de los miembros se quedaba en el coche vigilando con un perro, uno de los jóvenes entraba a la escalera para avisar si salía algún vecino y el jefe del grupo entraba y hacía el agujero para acceder al establecimiento.
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