Lleva un par de días circulando por redes sociales. No es una foto de agencia, ni de un gran profesional, es una (mala) instantánea espontánea de uno de los cientos de testigos anónimos de los atentados de Bruselas. Pasaba por allí y fotografío con su móvil lo que ocurrió instantes después de la explosión en la estación de metro de Maelbeek, en Bruselas. Una evidencia más de que la historia se está escribiendo también en Redes Sociales.
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