El anuncio de un ERE para 144 trabajadores de Wizink retoma la sangría de despidos colectivos en un sector que ha renunciado a los ERTE durante el estado de alarma. El avance del negocio digital por el confinamiento, el previsible repunte de la morosidad y el desplome de la valoración bursátil confluyen como nuevas amenazas para las plantillas.
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