Un nuevo estudio ha permitido descubrir que los pulpos de dos manchas de California (Octopus bimaculoides) han desarrollado receptores únicos, a los que han denominado “receptores quimiotáctiles”, que les permiten detectar moléculas poco solubles en su entorno acuático gracias a las ventosas de sus brazos. Esta habilidad permite a estos animales evitar presas tóxicas o encontrar las que están bien escondidas.
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