La política estadounidense debe reconocer que la intención del Kremlin con respecto a Ucrania es maximalista, inflexible y no cambiará en el futuro previsible. Occidente debería dejar de gastar recursos tratando de cambiar una realidad que no controla y centrarse en lo que puede moldear mucho: negar la capacidad de Rusia para librar una guerra contra Ucrania. Traducción automática en
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