Sabemos que las mujeres mesopotámicas trabajaron en templos, cocinas, mataderos, tabernas o establos llevando a cabo tareas de diversa índole. Además en los textos tenemos también profesionales designadas como transportistas de materiales para la construcción, porteras, plañideras, nodrizas, tejedoras, molineras, hilanderas, fabricantes de aceite, barrenderas o cantantes, entre otras. Las mujeres, pues, no estuvieron confinadas en sus casas y desarrollaron trabajos que implicaron distintos grados de especialización, fuerza física y movilidad.
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