En 2003, viajaron a Vera y eligieron entre una de las 10 parcelas que les ofrecía la promotora Medsea Estate, hoy quebrada. Pagaron 350.000 euros por su casa, vendieron sus propiedades en Reino Unido y días después de jubilarse llegaron a la costa española. "¿Cómo íbamos a imaginar que podía ser ilegal? [...] El 1 de mayo de 2006 nos llegó una carta del ayuntamiento diciendo que teníamos 15 días para derribar la casa o lo harían ellos. Fuimos a nuestro abogado y nos dijo que era un error. Pero no lo era", explica Helen.
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