En el último año los niveles de ozono registrados han vuelto a descender y hasta ahora nadie sabía qué estaba ocurriendo ni cuál era su origen. Hace tan solo unas semanas, el misterio se resolvió: La Agencia de Investigación Ambiental (EIA) descubrió que uno de los componentes utilizado en la espuma de poliuretano que China está fabricando a precios reducidos, incluía clorofluorocarbonos en altas cantidades, CFC-11, algo que está totalmente prohibido desde hace años.
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