Desde junio de 2013 el certificado energético es obligatorio para todo aquel que quiera vender o alquilar su casa. En ese año y medio Tinsa ha realizado 36.500 certificados energéticos, de los que 35.000 se refieren a viviendas. Casi el 95% del parque de casas analizadas suspende en certificación energética. En concreto, el 43,07% de las viviendas evaluadas obtuvo una letra G, la peor de todas, mientras otro 36,9% logra la E, también entre las más bajas. Mientras que apenas un 1,29% obtiene alguna de las tres mejores notas (A, B o C).
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