Ya lo habian hecho antes Oscar Wilde o Agatha Christie. Y el autor de este texto se decidió tras una ruptura sentimental que creyó que se amortiguaría con la emoción de alternar entre varios países y habitaciones. Acertó solo a medias. ¿Por qué demonios darle todo mi dinero a un casero de Lavapiés que escatimará cada céntimo cuando se me estropee el frigorífico en vez de al conserje de un hotel de Palermo que me da los buenos días y me llama señor al verme?
|
etiquetas: vivir en hoteles , agatha christie