La humillante derrota sufrida por el ejercito francés a manos de los Tercios Españoles en La Batalla de San Quintín, había dañado moralmente a toda Francia y en especial a su rey Enrique II, quien no estaba dispuesto a ver como el ejercito español les derrotaba una y otra vez haciéndose poco a poco con el control de Europa y por consiguiente del mundo. El monarca francés reclutó un año después un ejercito que reemplazase al que quedó prácticamente destrozado en San Quintín. asentó sendas alianzas con Escocia, y con el Imperio Otomano.