Las pantallas se iluminan con el flujo de palabras. Tal vez sean correos electrónicos, garabateados a toda prisa en dispositivos inteligentes, o mensajes cargados de emojis intercambiados entre amigos o familiares. En este mismo río de lo digital, millones de personas acuden en masa a ver su programación televisiva favorita, a ver pornografía en streaming, a entrar en los mundos en expansión de los juegos de rol multijugador masivos en línea o simplemente a buscar el significado de una palabra desconocida o la ubicación del centro de pruebas de