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Mil vidas en una a veces no son suficientes. Alma Mahler-Werfel
‘Gustav Klimt entró en mi vida como mi primer gran amor, pero yo era un niña inocente, totalmente absorta en mi música y muy alejada de la vida en el mundo real. Cuanto más sufría por este amor, más me refugiaba en mi propia música, así mi infelicidad se convirtió en la fuente de mi mayor felicidad’
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