La expansión Hitita.
¿Eran los hititas un pueblo guerrero? Quizá podríamos considerarlo así, pues eran un pueblo belicoso, aunque no especialmente cruel. Claro que también hay que entender el contexto en el que se desarrollaron, hablamos de una época en que la lucha por la supervivencia era constante, y en la que no existían estados neutrales: sólo amigos (o vasallos) y enemigos (y no los rollos de ahora de aliados, enemigos, neutrales y “neutrales”).
Así pues, la guerra fue uno de los elementos clave de la expansión militar Hitita. Las expediciones militares buscaban, sobre todo, el prestigio personal y el botín; entre lo que se incluía satisfacer las ambiciones personales de la nobleza proporcionándoles su dosis de poder e influencia. Es decir, es un tipo de “guerra predatoria”, solo modificado posteriormente, cuando se formó el entramado imperial que requirió de otras preocupaciones y más amplitud de miras.
Lo que queda del Gran Templo, ubicado en la parte baja de Hattusa. Dedicado a TESHUB, dios del cielo y de la tormenta y ARINNA, diosa del sol.
Fuente: (1) Murat Özsoy 1958
Es precisamente en el desarrollo de ese entramado imperial en el que se enmarcan las pruebas de contacto diplomático con otras entidades y pueblos extranjeros. Los hititas fueron también grandes diplomáticos, alcanzando una serie de tratados bilaterales, siguiendo las reglamentaciones de las relaciones internacionales de la época (que, en el fondo, no han variado mucho), y generando redes de control político con intercambios diplomáticos o matrimonios interdinásticos.
Mediante la fuerza militar y la habilidad diplomática, se establecieron en Siria y Anatolia creando unidades políticas manejables. Mantuvieron a sus gobernantes nativos en relación de vasallaje con el monarca hitita. Eran pequeños estados colchón garantes de la periferia de Hatti. Uno de los grandes problemas de este sistema, y causante en gran medida de muchas de las crisis hattianas, era la gran dependencia a la fidelidad y colaboración de estos vasallos, especialmente los nuevos. Era habitual que provocasen conflictos limítrofes o rebeliones. Y de hecho, en muchos casos, tras vencer las revueltas restablecían en el poder a las mismas élites que les habían traicionado, haciendo gala de misericordia (Roma no lo habría hecho. Roma los habría crucificado. Y habría esclavizado a sus pueblos. Roma aeterna).
Las áreas de mayor expansión imperial hitita las encontramos en el sur sureste de Anatolia: Siria septentrional, un lugar de atracción permanente para los monarcas hititas. Allí se enfrentaron a Mitanni, reino hurrita que supuso uno de sus grandes enemigos y al cual destruyeron; Egipto y Asiria; a parte de a los propios principados sirios. A partir del XIV a.C. la región está controlada por el imperio hitita, fundando un protectorado supervisado desde el virreinato de Karkamis, y vasalizando a los poderes locales.
Puerta de los Leones. Aunque ahora parecen unos apacibles mininos, en su época seguro que lucían mucho más agresivos. Daba acceso a la fortaleza de Hattusa.
Fuente: (2) Bernard Gagnon
También el área occidental de Anatolia, ocupada por, entre otros, los luvitas, de origen indoeuropeo. Esta zona no llegó a ser controlada en su totalidad ni por vía militar, ni diplomática. Allí encontraron grandes enemigos, como Arzawa, Hapalla, Wilusa, Lukka, Milawata, Ahhiyawa... Esta última, se ha relacionado muchas veces con la Grecia micénica y los aqueos. Era una zona que no había alcanzado el nivel de desarrollo y organización de oriente, y quizá por eso les resultó imposible ejercer su total dominio sobre el territorio (gente desorganizada, ya se sabe).
Finalmente, el área norte noreste, donde encontramos una situación diversa. Existía allí un pueblo, en las montañas, llamado gasgas o kaskas (según el autor se escribe de una forma u otra). Estos, carentes de una organización y unidad política, con excepción del estado de Azzi/Hayasa que sí fue vasalizado, mantuvieron una constante situación de guerra con Hatti. Siendo que muchas veces pusieron en jaque la propia capital (debido a la proximidad). La única solución más o menos longeva que encontraron los hititas a esta guerra de guerrillas fue el establecimiento de posiciones geoestratégicas fortificadas: un limes.
En cada región imperial encontramos ciertas peculiaridades, y las actividades de los monarcas variaron de una a otra de acuerdo a cada circunstancia. No existía un criterio uniforme, más bien algo que caracterizó mucho al Imperio Hitita fue el pragmatismo.
Fuente Imágenes:
- commons.wikimedia.org/wiki/File:Great_Temple,_Hattusa,_Boğazkale,_Ço
- commons.wikimedia.org/wiki/File:Lion_Gate,_Hattusa_01.jpg
En el próximo artículo hablaremos del expansionismo del Imperio Hitita.
NOTA: toda crítica constructiva es bienvenida.
Este artículo es una continuación de :
www.meneame.net/m/Historia/hititas-i-descubrimiento-civilizacion-hitit
www.meneame.net/m/Historia/hititas-ii-origen-etnico-hititas
www.meneame.net/story/hititas-iii-epoca-colonias-asirias
www.meneame.net/m/Historia/hititas-iv-consolidacion-imperio-hitita