HITITAS IV: La consolidación del Imperio Hitita

Comparándolo con otras civilizaciones o imperios coetáneos, como el Imperio Asirio, o Egipto, el Imperio Hitita fue relativamente corto, mantuvieron un precario equilibrio de poder dentro de un sistema regional descentralizado y estuvieron siempre al filo del colapso. Era un imperio de emociones fuertes, siempre al borde de la desaparición. Hasta que desapareció. No obstante, es un modelo de imperio de tipo medio por su extensión geográfica, a caballo entre un mundo oriental que alcanzaba su madurez (Egipto o Asiria, cuya estabilidad era evidente), y un mundo occidental que todavía no ha acabado de formarse. 

En un proceso lento, fueron dominando la situación política y, con ello, a los múltiples grupos étnicos que poblaban Asia Menor. Los enclaves comerciales asirios, fueron destruidos en el siglo XVIII a.C debido a la gran inestabilidad provocada, precisamente, por el ascenso hitita. A partir de aquí, constatamos un progresivo afán expansivo, respetando en gran medida los valores culturales de las poblaciones autóctonas, incluso adoptando algunas características en la propia estructura hitita. Los hititas construyeron un imperio variado, básicamente es un modelo de vasallaje. 

En un primer período, el más antiguo de la historia hitita, lo que encontramos son una serie de luchas por la hegemonía de diversos lugares de Anatolia. No existe una unidad ni política ni administrativa. Sin embargo, debido a su agresiva política exterior, y sumando conquistas, irán formando un reino unificado. Hattusili I es el primer rey del que se tiene una clara constancia para un estado hitita ya estructurado, siendo él quien asienta en Hattusa la capital. Esta será, con excepción de un breve período de tiempo, el centro político de todo el Imperio. 

Reconstrucción de las murallas hititas de Hattusa, desde otro ángulo. 

Fuente: (1) Muhammed Diler

Con Hattusili como primer rey, se irá conformando un estado territorial centralizado en el monarca. Las expansiones del Imperio alcanzarán tanto el mar Negro, al norte, como el Mediterráneo, al sur. Pese al dominio de ciertas costas, los hititas serán un imperio fundamentalmente continental, y no se arriesgarán prácticamente nunca a expediciones marítimas, salvo la conquista de la actual Chipre, conocida entonces como Alasiya, hacia el final del Imperio. 

El crecimiento del imperio será paulatino y estará caracterizado por un innombrable número de revueltas y conflictos internos. Los hititas carecieron de la capacidad logística, organizativa y administrativa necesaria para construir unas estructuras imperiales consistentes. De hecho, encontramos momentos de prolongada duración en los que existe una paralización expansiva, o incluso un repliegue. Por ejemplo, entre los siglos XV a.C. y XIV, a.C. se da una profunda crisis en Hatti atenazada por poderes rivales como son Egipto, o el reino hurrita de Mitanni, que entonces era una gran potencia militar y económica. 

Es en los dos últimos siglos de la historia de Hatti en los que encontramos el mayor esplendor. Es el momento de mayor expansión de la autoridad imperial hattiana, logrando un control sobre los territorios Sirios, y consolidando unas estructuras imperiales que duraron más de un siglo. Ese fue el período en el que Hatti se convirtió en un estado hegemónico en la zona hasta que, tras la última crisis, y con la llegada de los pueblos del mar, desapareció. 

Relieve de Suppiluliuma II, rey de los Hititas, representado como un dios. Forma parte de la cámara hieroglífica de Hattusa. 

Fuente: (2) China Crisis

No es fácil determinar el alcance geográfico de la influencia de Hatti. Aunque, lógicamente, en los territorios centrales su autoridad fue incontestable en los vasallos periféricos, más alejados, se vio más limitada. Los mecanismos bélicos y diplomáticos que utilizaron, pues, fueron contundentes. A pesar de ello, no los consideraría uno de los pueblos más agresivos o crueles de la antigüedad. 

Como todos los imperios pasados, Hatti presenta una fase de expansión, una de consolidación, y otra de colapso: casi como un ser vivo. A pesar de todos sus altibajos, podemos afirmar que es un imperio. Para ello, nos valemos de una serie de circunstancias comunes a la mayoría de los imperios: 

  • Una autoridad real hitita, ejercida sobre un amplio y heterogéneo espacio geográfico y demográfico.
  • Una estructura de poder político centralizada y burocratizada, con una jerarquía administrativa compleja encabezada por el monarca y en cuya base encontramos a los funcionarios periféricos o gobernadores provinciales con funciones meticulosamente reguladas. 
  • Un poderoso entramado militar y unas estructuras económicas basadas en una red de explotación de los diversos territorios y controlando las rutas de comunicación y comercio en beneficio de un poder central. 
  • El mantenimiento de un equilibrio, aunque precario, con los demás poderes, externos e internos (del entorno del monarca).
  • Desarrollo de un mínimo trasfondo ideológico en el que el monarca se reivindica como representante de sus dioses, buscando ser considerados como grandes reyes y prestigiosos gobernantes conquistadores de un poderoso estado. 

Fuente Imágenes:

(1) commons.wikimedia.org/wiki/File:Hattuşa_3.jpg 

(2) commons.wikimedia.org/wiki/File:Hattusa.king.jpg 

En el próximo artículo hablaremos del expansionismo del Imperio Hitita. 

NOTA: toda crítica constructiva es bienvenida. 

Este artículo es una continuación de :

www.meneame.net/m/Historia/hititas-i-descubrimiento-civilizacion-hitit 

www.meneame.net/m/Historia/hititas-ii-origen-etnico-hititas 

www.meneame.net/story/hititas-iii-epoca-colonias-asirias