La feria de los locos y el padre de los "manicomios pesadilla"

De un extremo de la medicina, a otro completamente opuesto, del placer al horror, hoy hablaremos sobre esos lugares del mundo, que inspiran temor aunque no haya en ellos ningún signo atemorizante. Aunque estén limpios y pulcros, organizados y llenos de personal de confianza, los manicomios siempre hielan los huesos, quizás por aquello del miedo a perder la mente, de hallarnos presos en los rincones más oscuros de nuestra propia cabeza, envueltos en alguno de los fatídicos padecimientos que azotan la psiquis humana. 

Tal vez se quiera culpar al cine de terror, o la literatura, por tomarlos de escenario o protagonistas para sus historias más horrorosas, pero si algo es cierto es que la ficción casi siempre nace de la realidad y la historia de los psiquiátricos no es un viaje por una pradera de flores, de hecho todo lo contrario los cimientos del mito del "manicomio pesadilla" tienen profundos orígenes.