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Cómo la CIA ganó al KGB el Nobel de Literatura de 1958
Esta historia empieza a torta limpia: André Breton, padre del surrealismo, repartiendo mandobles al escritor soviético Ilyá Elhrenburg. Estamos en las calles de París, en 1935, poco antes del arranque del Congreso Antifascista de Escritores en Defensa de la Cultura. A Breton, que estaba borracho, no le había gustado que Elhenburg llamara "burgueses" a los vanguardistas en un artículo, así que le atizó tras cruzárselo a la salida de un café. Por absurdo que suene, el puñetazo de Breton fue el origen remoto de El doctor Zhivago...
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