En realidad, aunque la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó la creación de un Estado judío en una parte de Palestina, dicha recomendación no era vinculante y el Consejo de Seguridad nunca la llevó a la práctica. En segundo lugar, la Asamblea General solo aprobó la recomendación después de que los promotores de Israel amenazaran y sobornaran a numerosos países para alcanzar los dos tercios de los votos que se necesitaban.