Juana Rivas tenía que haber entregado a sus dos hijos a Francesco Arcuri, el padre de los niños, el domingo por la noche. Sin embargo, tras presentar una denuncia contra él por presuntos malos tratos hacia el más pequeño, Rivas se ha refugiado con los menores en casa de una amiga, en un pueblo a 15 minutos de Cagliari, capital de Cerdeña, y ha decidido que los menores no volverán con su padre hasta que un juez italiano, tras revisar los últimos acontecimientos, la obligue