Con el entusiasmo propio de una película musical, cada mañana abría sus puertas la fábrica de La Pitusa en Coia para que saliesen sus herrumbrosos camiones de reparto a recorrer Vigo y distribuir gaseosa. Marchaban al ritmo rocoso de sus motores Pegaso y al de su megafonía entusiasta: “La mejor gaseosa, la más digestiva, ligera y gustosa”. Aquello fue la banda sonora de una época, en la que La Pitusa recorría la ciudad cantando como Dorothy en el Mago de Oz: “¡Blanca, naranja, limón y cola!” proclamaba el jingle una calle tras de otra. Y aquella niña con trenzas, nuestra versión de Pipi Langstrump en botella, fue la protagonista durante décadas. Hace ahora 65 años, en 1956, comenzaba a distribuirse esta marca inolvidable.